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Datos significativos sobre su muerte

Tras su muerte, la Santa Sede consideró que se podría iniciar el proceso de beatificación, considerado como el tercero de los cuatro pasos para alcanzar la canonización, en donde el Papa declara a alguien digno de veneración universal, aunque para ello se deben comprobar dos milagros (uno más adicional al milagro con el que se le catalogó como beata). El milagro que requería su beatificación sucedió en 1998, cuando, de manera aparentemente inexplicable, sanó Mónica Besra, una mujer que padecía un tumor maligno en el abdomen. Madre de cinco hijos, contó que había sido acogida en Roma por las Misioneras de la Caridad tras haber sido desahuciada por los médicos. Una de las hermanas le colocó sobre el abdomen una imagen de la Virgen María, que había permanecido sobre la túnica de la Madre Teresa durante la celebración de los premios Nobel. La sanación de aquella mujer ocurrió el 5 de septiembre de 1998, exactamente un año después del deceso de la misionera. Distintos médicos indios, la Asociación de Ciencias y Racionalismo de la India e incluso el marido de la propia Besra pusieron en duda su curación milagrosa, asegurando que la mujer se salvó sólo por la medicina que debió ingerir durante nueve meses.

El proceso de beatificación de la Madre comenzó dos años después de su muerte gracias a una dispensa papal para no tener que esperar a que transcurrieran cinco años desde su deceso, como establece el Derecho Canónico.

El Vaticano citó a Christopher Hitchens para que demostrara algún testimonio que pudiera estar en contra y en ese caso interrumpir el proceso de beatificación. «Fue hablando con ella cuando descubrí, y me aseguró, que no estaba trabajando para aliviar la pobreza», dijo Hitchens. «Ella trabajaba para ampliar la cantidad de católicos. Me dijo: "No soy una trabajadora social. No lo hago por eso. Lo hago por Cristo. Lo hago por la Iglesia"». La Congregación para las Causas de los Santos se encargó de investigar lo dicho, pero la declaración de Hitchens no fue considerada obstáculo para seguir con el proceso.

El domingo 19 de octubre de 2003 a las 10:15 h, mientras se encontraban presentes más de 300 000 personas en la plaza de San Pedro y en la calle, fue proclamada como beata por el papa Juan Pablo II. A la celebración asistieron medio millar de las Misioneras de la Caridad, 150 cardenales y 400 obispos.

La proclamación se produjo después de que el arzobispo de Calcuta, Lucas Sirkar, solicitara al Sumo Pontífice que leyera una breve biografía de la monja albanesa. El Papa también declaró que todos los 5 de septiembre se celebraría la festividad de la Madre Teresa. Luego del hecho, se le regaló una reliquia de la misionera y un grupo hindú protagonizó una danza.

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